NEIL CONSTANTINE

Una cucharilla, un mechero, una aguja. Neil Constantine mira por la ventana del último piso del hotel. Por un segundo piensa en que le hubiese gustado que su habitación diese a la piscina, pero en el fondo le da igual. Desde aquí puede ver los coches pasar por el puente, desde tierra firme, sobre el mar, al otro lado. Se dice de Neil que en el vientre materno estuvo a punto de anular la mente de su hermano gemelo sólo con pensarlo, pero que luego se lo pensó mejor.

Los motivos que le traen a este lugar son complejos, y aunque quisiera, que no quiere, incluso a él mismo le resultarían complicados de explicar. Aunque resumiéndolo mucho se podría decir que para Neil Constantine ESTE LUGAR ES TANTO UNA META COMO UN PUNTO DE PARTIDA. Son todos los lugares en uno, y a la vez, es ningún lugar.

Alguien que no lo conociera podría decir que Neil ha venido a este hotel a morir, pero eso no sería verdad. Quizá porque no pueda morir, quizá porque ya este muerto, eso, ni el mismo Neil lo sabe con seguridad. De lo que único que no duda en este momento es de los siete gramos de Brown Sugar que tiene por delante. Y de esos siete gramos, de una vez por todas, van a salir verdades.

6 Comments:

  1. hotelpostmoderno said...
    Misterio. COMENTADOR
    hotelpostmoderno said...
    me gustaría ver cómo os desenvolvéis en una novela histórica... Seguro que acaba Michael j fox en la corte del rey Arturo
    hotelpostmoderno said...
    Sí, claro. Pues como no la compren los que juegan al rol... no sé si tendría futuro.
    hotelpostmoderno said...
    los del rol son más sofisticados, no la comprarian ni esos.
    hotelpostmoderno said...
    la Brown Sugar no es azucar moreno, verdad?
    hotelpostmoderno said...
    que pasa con Neil, de donde ¿coño viene?

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